En muchas ocasiones, los projects managers nos encontramos solos ante decisiones que marcaran el camino de un proyecto. En esos momentos podemos incluso dudar de nosotros mismos planteándonos si somos capaces o no de tomar la vía correcta o la más acertada para el proyecto.
Estando una vez en esta tesitura, recordé algunas escenas de la película Matrix, algunas frases de Morfeo:
"No pienses que puedes, sabes que puedes."
El Project manager esta en el proyecto como el responsable de que las cosas ocurran según lo previsto, guiando en ello al resto del equipo de proyecto. Cuando uno asume este rol, es porque sabe que puede realizarlo y esa convicción debe estar presente durante todo el proyecto.
"No pienses que lo eres. Sabes que lo eres."
El Project manager, sabe que posee las competencias adecuadas para ser Project manager, y creer en uno mismo es la base para ejercer esta profesión des de la convicción, para transmitir que podemos realizar un proyecto de forma exitosa.
"Tarde o temprano entenderás la diferencia entre conocer el camino y andar el camino."
En muchas organizaciones se conoce el papel que debe representar el Project manager, aunque por distintos motivos, en ocasiones, no se le da la importancia suficiente para ponerlo en práctica en su totalidad. Se acostumbra a ver primero las limitaciones y costes. El cambio se produce cuando existe la convicción de que poner en practica la gestión de proyectos profesionalizada, nos aportara valor en forma de beneficios, ya sea en ahorro de costes o esfuerzos, ya sea en garantizar la calidad o bien en los compromisos adquiridos con los calendarios. Por mi propia experiencia, “cuando se anda el camino” vienen los resultados, y son los propios resultados los que avalan todo el esfuerzo requerido y elimina las limitaciones.
"No existe la casualidad solo la causalidad."
Podemos estar de acuerdo o no con esta afirmación….personalmente estoy convencido (y mi experiencia así me lo ha demostrado) de que si realizamos una buena gestión de la planificación y una buena gestión de los riesgos, minimizamos la casualidad. La mayoría de los problemas que surgen en los proyectos, se producen porque nos centramos en los eventos y no en sus causas...
lunes, 7 de noviembre de 2011
viernes, 4 de noviembre de 2011
"Felicitarte por el trabajo bien hecho es un chute mucho más grande que el sueldo que te pagan"
jueves, 3 de noviembre de 2011
Delegar
Delegar no es tarea fácil, menos aún cuando normalmente la cultura organizativa de la empresa no lo fomenta. Los jefes que no delegan suelen tener subordinados que no delegan. Pero sea cual sea nuestra empresa, la habilidad para saber delegar es una competencia básica del líder, (que no del jefe), imprescindible para conducir personas, y para ser capaz de asumir nuevas responsabilidades creciendo profesionalmente.
Cuando pensamos en delegar, debemos plantearnos cómo delegamos.
Saber delegar consiste en algo más que distribuir tareas; consiste en confiar parte del trabajo y de la responsabilidad que conlleva a alguien, de forma que, con el reconocimiento de su labor se consiga además su compromiso, implicación y motivación.
Debemos dedicar el tiempo necesario para saber qué resultado deseamos y transmitirlo. Explicar a nuestro colaborador el por qué de la tarea y su importancia/contribución los objetivos de negocio.
Delegar tiene más que ver con conducir y dirigir que con ordenar.
Si permitimos a nuestro colaborador un grado adecuado de autonomía y le damos espacio para desarrollar su iniciativa, enriquecerá la tarea otorgándole un valor añadido: sus conocimientos, experiencia y creatividad.
Delegar, parte de la seguridad en uno mismo, de la generosidad hacia nuestro equipo y sobre todo de la confianza en nuestros colaboradores.
Pensar que nadie puede realizar las tareas mejor que uno mismo es subestimar a los demás.
El líder, confía, delega tareas, comparte éxitos y asume responsabilidades y fracasos.
Delegar es una valiosa herramienta que a muchos profesionales les lleva años aprender y dominar. Muchos de los aspectos mencionados son evidentes teóricamente, pero interiorizarlos y ponerlos en práctica de manera efectiva……
Cuando pensamos en delegar, debemos plantearnos cómo delegamos.
Saber delegar consiste en algo más que distribuir tareas; consiste en confiar parte del trabajo y de la responsabilidad que conlleva a alguien, de forma que, con el reconocimiento de su labor se consiga además su compromiso, implicación y motivación.
Debemos dedicar el tiempo necesario para saber qué resultado deseamos y transmitirlo. Explicar a nuestro colaborador el por qué de la tarea y su importancia/contribución los objetivos de negocio.
Delegar tiene más que ver con conducir y dirigir que con ordenar.
Si permitimos a nuestro colaborador un grado adecuado de autonomía y le damos espacio para desarrollar su iniciativa, enriquecerá la tarea otorgándole un valor añadido: sus conocimientos, experiencia y creatividad.
Delegar, parte de la seguridad en uno mismo, de la generosidad hacia nuestro equipo y sobre todo de la confianza en nuestros colaboradores.
Pensar que nadie puede realizar las tareas mejor que uno mismo es subestimar a los demás.
El líder, confía, delega tareas, comparte éxitos y asume responsabilidades y fracasos.
Delegar es una valiosa herramienta que a muchos profesionales les lleva años aprender y dominar. Muchos de los aspectos mencionados son evidentes teóricamente, pero interiorizarlos y ponerlos en práctica de manera efectiva……
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