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jueves, 3 de noviembre de 2011

Delegar

Delegar no es tarea fácil, menos aún cuando normalmente la cultura organizativa de la empresa no lo fomenta. Los jefes que no delegan suelen tener subordinados que no delegan. Pero sea cual sea nuestra empresa, la habilidad para saber delegar es una competencia básica del líder, (que no del jefe), imprescindible para conducir personas, y para ser capaz de asumir nuevas responsabilidades creciendo profesionalmente.

Cuando pensamos en delegar, debemos plantearnos cómo delegamos.
Saber delegar consiste en algo más que distribuir tareas; consiste en confiar parte del trabajo y de la responsabilidad que conlleva a alguien, de forma que, con el reconocimiento de su labor se consiga además su compromiso, implicación y motivación.

Debemos dedicar el tiempo necesario para saber qué resultado deseamos y transmitirlo. Explicar a nuestro colaborador el por qué de la tarea y su importancia/contribución los objetivos de negocio.

Delegar tiene más que ver con conducir y dirigir que con ordenar.
Si permitimos a nuestro colaborador un grado adecuado de autonomía y le damos espacio para desarrollar su iniciativa, enriquecerá la tarea otorgándole un valor añadido: sus conocimientos, experiencia y creatividad.

Delegar, parte de la seguridad en uno mismo, de la generosidad hacia nuestro equipo y sobre todo de la confianza en nuestros colaboradores.
Pensar que nadie puede realizar las tareas mejor que uno mismo es subestimar a los demás.

El líder, confía, delega tareas, comparte éxitos y asume responsabilidades y fracasos.

Delegar es una valiosa herramienta que a muchos profesionales les lleva años aprender y dominar. Muchos de los aspectos mencionados son evidentes teóricamente, pero interiorizarlos y ponerlos en práctica de manera efectiva……

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